El FMLN y doña Tiburcia dicen que tienen solidaridad con los más necesitados, pero no esclarece que el meollo del asunto es que las ratas que el pueblo ha elegido como diputados se recetan los grandes salarios y no lo devengan pues son unos incapaces, e allí el detalle que necesitan de tantos asesores que al final son incapaces al igual que la mayoría de ratas llamados diputados, a todas estas ratas, no se les pide que no cobren, si no que sean conscientes, que dudamos que tengan conciencia dando ejemplo de austeridad rebajándose esos sueldos tan altos que tienen y que no se lo merecen, supriman tanto despilfarro que hay en la cueva de ratas y pongan en práctica el juramento que hacen cuando se afianzan del hueso, que después no lo quieren soltar, algún día esperamos que este pueblo pendejo avive y las cobre toditas.
Lo que sucede es que Juan Pueblo “el pendejo” no quiere entender que los políticos son la clase trabajadora que se gana dignamente su salario mínimo.
Pero si ahí en la cueva de ratas les pagan la casa, la gasolina, el celular, la comida, los viajes, la seguridad, las putas y los damos que tienen, y es una “fábrica de empleos” para toda la familia, en fin el salario les sale completamente libre.
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