Si a una
persona que no tiene ninguna formación académica, ninguna credencial para
obtener un buen trabajo con un buen sueldo le ofrecen un empleo gubernamental,
sin hacer nada o poco y con un buen sueldo, pues por supuesto que va a decir
que todo está bien y que vamos por buen camino.
La
realidad de la inmensa mayoría es otra. No es con frases y palabras
rimbombantes o con millonadas gastadas en darse propaganda que vamos a salir
adelante.
No se comprende
cómo es que en nuestro país, conseguir empleos en los tres órganos del Estado
con buenos sueldos es tan fácil para algunos parásitos y sus familiares que no
tienen la capacidad para llevarlos a buen término, lo mismo ocurre con algunos
diputados, ministros e inclusive con algunos presidentes de la República.
No nos
extrañemos entonces de los resultados.
Así
seguiremos en este tercermundismo, hasta que no se elijan personas honestas
pero capaces, fuertes y sabias y con una gran sensibilidad social.
Por ahora
no tenemos a esa persona y lo que tenemos es un hombre que lo único que hizo en
su vida fue matar y asesinar.
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